Día de la Malaria 2010, 25 de Abril

SUCEDERÁ ESTA NOCHE

Carlos Mediano. Miembro de Medicus Mundi y coordinador de la campaña Stop Malaria Now! en España




Amina tiene cinco años, y al oscurecer, después de ayudar a su madre a recoger la cena, se duerme en el lecho de su cabaña. Vive con sus padres, sus tres hermanos y dos hermanas en un poblado africano. No puede diferenciar la picadura de un mosquito hembra anofeles del resto de picaduras que suele tener cada noche, pero esta vez va a ser diferente. Doce días después comienza a tener fiebre elevada, sudoración excesiva y cae en un aletargamiento que asusta a su madre, por lo que la lleva al centro de salud. Allí les informan de que Amina ha contraído malaria (o paludismo).

Lo mismo que le sucede a Amina ocurre 300 millones de veces al año en África, América Latina y Asia, acabando con la vida de alrededor de un millón de personas, la mayor parte de ellas en África subsahariana.

La población más vulnerable y con más alta tasa de mortalidad son los niños y niñas menores de cinco años y las mujeres embarazadas. Y las consecuencias de esta enfermedad van más allá de la salud, siendo causa y efecto del empobrecimiento de países enteros. Para África supone pérdidas de 8.000 millones de dólares anuales.

La malaria convive desde hace mucho tiempo con el ser humano, incluso desde la época del famoso faraón Tutankamon, cuya muerte se achaca actualmente a esta dolencia. Pocos europeos conocen que fue endémica en muchas zonas de Europa durante siglos y que no pudo ser erradicada hasta los años 60 del siglo pasado. Hace 64 años todo el territorio de la Península Ibérica era territorio de transmisión de la malaria, así como buena parte de Italia, Yugoslavia, Grecia, Rumanía, Polonia, el Sur de Rusia y otras zonas de Europa.

Para enfrentar esta enfermedad, un consorcio de nueve ONG especializadas en salud y desarrollo de Alemania, Italia, Kenia, Polonia, España y Suiza hemos puesto en marcha la campaña Stop Malaria Now! (¡Paremos la Malaria Ya!) (http://www.stopmalarianow.org/), con el objetivo de aumentar la conciencia social sobre esta dolencia como una de las mayores enfermedades relacionadas con la pobreza y como una importante causa de muerte en Africa subsahariana. En este sentido, pretendemos movilizar apoyos para incrementar los compromisos de los gobiernos europeos a nivel político, financiero y estratégico.

Así, desde la campaña proponemos una serie de retos a la comunidad internacional. El primero de ellos sería permitir el acceso integral a las medidas diagnósticas, preventivas y de tratamiento a toda la población que lo necesite. Hoy en día, el 60% de las personas que habitan en el continente africano no utilizan la mejor medida preventiva, el uso de mosquiteras impregnadas de insecticida para evitar las picaduras nocturnas, y solamente el 15% de niños y niñas del África subsahariana tienen acceso al tratamiento más eficaz hoy en día, la terapia combinada con artemisina.

La lucha contra la malaria aparece también desde el año 2000 entre las metas de los denominados Objetivos del Milenio. Así, han aparecido multitud de iniciativas que han conseguido algunos resultados importantes, como una cierta disminución de la mortalidad.

No obstante, estas iniciativas verticales de lucha contra una enfermedad tienen sus problemas. Es fundamental que estas iniciativas refuercen los sistemas públicos de salud, ya que es el único garante de sostener en el futuro estas iniciativas. De otra manera, cuando acabe la ayuda externa, no habrá medios para sostener los resultados alcanzados hasta ese momento.
Además, la malaria no es el único problema de salud que afrontan los países más desfavorecidos. ¿Podemos imaginar que en nuestro sistema de salud, después de desplazarnos hasta un centro sanitario al que nos ha costado más de una hora llegar, nos digan que tienen tratamiento para reumatismo, pero que si tenemos una infección respiratoria, no pueden darnos ningún tratamiento? Esto es lo que sucede en estos momentos en muchos rincones del planeta.

Otro de los retos es mejorar estas iniciativas respecto al acceso y a la aceptación cultural de las mismas, ya que en el mundo existen más patrones culturales además del occidental. En Camerún hemos constatado como las mosquiteras repartidas eran utilizadas por la etnia pigmea para pescar. No se tuvo en cuenta que la mayoría integrante de esta cultura no utiliza camas y que no asimilan que la malaria se debe a la picadura de mosquitos, por lo que no ven ningún sentido a cubrirse con mosquiteras por las noches.

Actualmente, se sabe cómo erradicar esta afección y, sin embargo, no lo conseguimos. Y es que, aparte de mejorar la utilización de los medios empleados actualmente, falta un compromiso mayor.

El hecho de que esta enfermedad no afecte hoy en día de forma relevante a Occidente tiene consecuencias negativas para la lucha contra ella, tanto en los recursos que se utilizan en proporción a su importancia como en el interés mediático que suscita. El gasto a nivel internacional en 2009 contra la malaria fue de 1.700 millones de dólares, cuando se necesitarían 5.100 millones anuales para poder erradicarla. Sin embargo, para la gripe A H1N1, que ha supuesto el 1% de la mortalidad anual por malaria, la farmacéutica Roche ha previsto que el medicamento Tamiflú supere los 1.300 millones de dólares en ventas, a lo que hay que añadir el gasto en vacunas y otras medidas de prevención.

Si a estos datos le sumamos que durante 2009 Google registró 56.100 noticias relativas a la gripe H1N1 -a pesar de empezar a mitad de año- y 5.540 sobre la malaria, comprobamos que el interés que despierta una enfermedad está directamente relacionado con la posibilidad de ser afectado y no con la relevancia mundial que tenga.

Por estos motivos, la campaña Stop malaria now! quiere dar a conocer esta enfermedad y sus consecuencias en Europa, y conseguir un compromiso político, económico y social para erradicar este mal endémico en ciertas zonas de nuestro planeta.

¿Sucederá esta noche? Seguro que hoy sí, y también mañana, pero si realizamos un esfuerzo global y continuado, dentro de pocos años podremos contestar a esta misma pregunta que no.


visto en: http://www.coordinadoraongd.org/

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