La entrada de la canadiense costará unos 1.700 empleos en Figueruelas
General Motors (GM) venderá el 55% de la automotriz alemana Opel a la compañía canadiense Magna. El 35% de Opel quedará en manos de GM. Los trabajadores de la compañía se quedarán con el restante 10%.
CC OO y UGT se oponen a la operación por su coste en empleos
A dos semanas de las elecciones generales, la decisión de General Motors es una buena noticia para la canciller alemana Angela Merkel, que lleva meses favoreciendo la venta de Opel a Magna. Aún queda mucho que negociar hasta que se cierre el trato. Magna necesitará unos 5.000 millones de euros para Opel, de los que 4.500 provendrán de créditos públicos. El Gobierno y los Estados alemanes ya han concedido a Opel créditos por 1.500 de esos millones, a modo de adelanto. Además de Alemania y España, Opel tiene plantas en Reino Unido, Bélgica y Polonia.
Si bien el trato anunciado ayer parece un triunfo de la democristiana Merkel y de su ministro de Exteriores, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, lo cierto es que GM se mantiene como copropietaria y ha impuesto diversas condiciones. Entre ellas, que Opel continúe como centro de investigación y desarrollo de GM.
El comité de empresa de la fábrica de Figueruelas se reunirá mañana para estudiar el anuncio de GM. Los empleados españoles preferían la oferta del inversor belga RHJ Internacional. Por su parte, el Ministerio de Industria se pronunció ayer a favor de la conservación "a medio y largo plazo" de la planta aragonesa.
La noticia cayó como un jarro de agua fría en la comunidad aragonesa. La alternativa de Magna era la peor de las dos opciones posibles sobre la venta de activos de la multinacional. Los sindicatos, el Gobierno central y el de la comunidad habían apostado por la opción de Ripplewood, porque Magna reducía considerablemente la producción de la planta zaragozana y también 1.700 puestos de trabajo al llevarse parte de la producción del Opel Corsa a Alemania. La otra oferta, la de RHJ o Ripelwood, proponía la salida de 1.000 o 1.200 trabajadores de Figueruelas, pero en varios años.
Los sindicatos mayoritarios -UGT y CC OO- anunciaron ayer su oposición radical a la opción de venta a Magna porque no están en absoluto de acuerdo con el plan que presentó el pasado 29 de julio.
Por su parte, el Gobierno de Aragón emitió una nota en la que se limitaba a asegurar que mantendrá contactos con GM y Magna para conocer la operación de venta y sus posibles repercusiones para Figueruelas. Tras reiterar su compromiso con los trabajadores, aseguraba que mantendrá "la máxima atención" sobre el desarrollo de las negociaciones, en estrecho contacto con el Ministerio de Industria.
De momento cabe la esperanza de que la oferta de Magna se haya suavizado con respecto a sus primeras intenciones que suponían recortes en la planta de Figueruelas, lo que afectará también a la industria auxiliar del automóvil que da trabajo a más de 15.000 personas.
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