La empresa no es bien recibida por el sector del mueble vallisoletano

Aunque muchos piensan que la apertura de un centro de Ikea en Valladolid sería provechoso y favorable para todos, existe otra cara de la moneda que no se regocija tanto de ver los productos de esta multinacional en la capital vallisoletana. Se trata del sector del mueble, donde los productos suecos generarían una fuerte competencia.
El presidente del Gremio del Mueble en Valladolid, Jesús Gil Martín, ha puesto de manifiesto los nefastos efectos que puede tener la apertura de este macro centro comercial en la ciudad para los pequeños negocios de este sector. Gil Martín destaca las declaraciones que el vicepresidente segundo de la Junta y consejero económico, Tomás Villanueva, realizó durante una reunión con empresarios del gremio en las que señaló que no lo iba a consentir (la ejecución de la totalidad del proyecto) y que «la Junta no está aquí para hacer ricos a nadie».
El presidente del gremio también asegura que no afectará solamente a las empresas vallisoletanas sino también al conjunto de la región, o por lo menos a las provincias que no tengan otro centro de estas características más cercano. Con esto, acusa a la Junta de «mandar a la calle a mucha gente de la región» que trabaja en este sector. «Sólo dicen los puestos de empleo que se van a crear pero no los que van a destruir», comenta Gil Martín. «A corto plazo se crearán puestos, sobre todo en las obras de la consecución del proyecto, pero a largo plazo van a mandar a mucha gente a la calle», añade.
«Ahora el sector está pasando un mal momento por culpa de la crisis y nos hemos visto obligados a reducir la plantilla. Cuando esta situación pase y empecemos a levantar cabeza abrirá Ikea y caeremos los que nos hemos quedado», sentencia el presidente del Gremio. «Queremos que la gente se conciencie de ello», sentencia.

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