Aquí os dejo las conclusiones que ha dado un estudio realizado por Gfk Emer para Ikea, sobre las preferencias de los españoles a la hora de elegir un sofá.
Comodidad: el sofá ha pasado de ser un objeto de decoración a ser un lugar de bienestar, debe proporcionar descanso y relax.
Colores: lo primero es que deben de combinar bien con la decoración, preferimos los colores claros, por la sensación de espacio, aunque también tenemos en cuenta la limpieza y el entorno (léase niños...) a la hora de elegirlo.
Funcionalidad: ni muy blando, ni muy duro, con la firmeza óptima. Lo suficientemente ancho para tumbarse boca arriba y poder sentarse de manera confortable.
Sistemas modulares: Lo que más nos atrae es la posibilidad de añadir el chaise lounge, será por la siesta...
Resistencia: imprescindibles las patas centrales, además debe de aguantar bien el peso de varias personas.
Mecanismos eléctricos: para los más sibaritas y veteranos, condicionado a la disponibilidad de espacio.
Tapicicerías: Si lleva funda que sea extraible, sino ha de ser resitente, indeformable y bien acabada.
Estética: hemos vuelto al estilo clásico, los de diseño parecen no haber funcionado del todo bien.
Altura del suelo: que no esté muy alto, dará sensación de fragilidad.
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