Ikea acepta reunirse con la alcaldesa y los comerciantes para consensuar su proyecto en Rabasa

Las espadas siguen en el aire, pero Sonia Castedo gana tiempo para jugar sus cartas y no perder la oportunidad que suponen la llegada de los suecos


La alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, sacó ayer a Ikea el compromiso de mantener una reunión a tres bandas, con los representantes de los comerciantes de la ciudad, para tratar de alcanzar el mayor consenso posible respecto a la implantación del gigante escandinavo en el Plan Rabasa. La cita será a principios de septiembre, de forma que la primera edil gana tiempo para acercar posiciones con los comerciantes, a cuyos dirigentes tiene permanentemente informados sobre este asunto, según reconocen.
Castedo se reunió con directivos de Ikea en su despacho, a raíz de la polémica surgida tras conocerse que el establecimiento de venta de muebles podría ir acompañado de un centro comercial con hipermercado incluido. El primer paso hace una semana fue aplazar el convenio urbanístico propuesto por Ikea y el promotor del Plan Rabasa, Enrique Ortiz, así como la modificación puntual del Plan General que permitiría la nueva concentración comercial. Las protestas del pequeño comercio fueron clave para frenar la tramitación, prevista para el Pleno municipal del pasado miércoles.
La alcaldesa aseguró ayer estar satisfecha por el resultado de la reunión celebrada en la Alcaldía. «Ikea ha mostrado en todo momento su predisposición a colaborar para conseguir un necesario consenso para su llegada a Alicante». En un comunicado, Castedo dijo «haber arrancado el compromiso de los representantes de Ikea de mostrar en primer lugar su proyecto empresarial al tejido comercial de la ciudad».
La alcaldesa destacó que los empresarios han subrayado su deseo de «entrar a formar parte del tejido comercial de la ciudad y que se cuente con ellos como uno más de los comercios, buscando también como objetivo de su llegada a Alicante el beneficio del pequeño y mediano comercio».
Aunque existe el convencimiento generalizado de que Ikea trae consigo un centro comercial, la Gerencia Municipal de Urbanismo desconoce incluso el proyecto de la tienda de muebles. De ahí que los técnicos apostaran por rechazar el convenio urbanístico planeado por los suecos y por Enrique Ortiz. Al final, Urbanismo propuso un convenio alternativo, más genérico, que no sentó nada bien a los representantes de la firma escandinava.
Limado asperezas
En cualquier caso, ahora parece que se han limado asperezas y se abre una nueva etapa, sin tanta precipitación como hasta hace un mes, para la implantación de Ikea. La alcaldesa lo tiene claro: «Alicante no puede permitirse el lujo de perder la oportunidad de que Ikea abra una de sus tiendas».
Las cartas comienzan a estar boca arriba y es muy probable que el tercero en discordia, es decir, Enrique Ortiz, tenga algo que decir y que escuchar dentro de un mes, cuando los comerciantes también se muestren, quizás, menos inflexibles sobre la propuesta de Ikea.

fuente. laverdad.es

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