Un museo de Estocolmo consagra una exposición a Ikea

ESTOCOLMO (AFP) — El sillón verde de 1959, el sofá rojo de los años 70, el edredón azul de 1984, la lámpara de diseño de 1995... Un museo de Estocolmo consagra una exposición a Ikea, el fabricante de muebles baratos que ha transformado los interiores de todo el mundo.

Desde la primera mesa desmontable de mediados de los años 50 a las últimas creaciones lúdicas, pasando por los salones típicos de los años 60 o el diseño más depurado e 'in' de los años 90, el museo Liljevachs traza en una decena de salas el más de medio siglo de historia del gigante sueco.

"No es una exposición clásica sobre diseño. Estos muebles forman parte de la vida de la gente, de sus experiencias, hay una forma de nostalgia", subraya Steffan Bengtsson, el comisario de la exposición que permanecerá abierta hasta el 13 de agosto en el centro de la capital sueca.

"La gente quiere reconocer sus viejos muebles, los de su adolescencia, los de sus casas, sus familias. Ciertamente van a comenzar a hablar de sus propias vidas: 'Teníamos esta mesa', 'Annie tenía esta silla, ¿qué pasó con ella, por cierto?'", imagina este especialista del diseño.
Acostumbrados a los almacenes gigantescos de las periferias urbanas, los muebles de Ikea se convierten en obras de arte en este museo dedicado al arte contemporáneo.

Formas originales de los 60, colores tornasolados y audaces de los 70 y 80, "diseño democrático" más tarde, la exposición cuenta lo que Ikea y su fundador y ahora multimillonario Ingvar Kamprad no podían ya contar, al no haber conservado ejemplares de la marca amarilla y azul.

"Para Ingvar Kamprad mañana es la única palabra que cuenta. Pensé que Ikea tendría unos archivos formidables, donde sólo hacía falta ir y elegir aquello que deseas, pero no fue el caso", explica Bengtsson. "Entonces llamamos a vecinos, a amigos, a coleccionistas y pusimos anuncios por toda Suecia para lograr lo que queríamos, pero fue difícil", dijo.

El fundador de Ikea, con fama de tacaño, también ha prestado su sillón favorito, instalado en su exilio fiscal de Suiza. En las paredes, donde figuran los célebres catálogos de Ikea, desde el primero que fue editado en 1951, unos paneles cuentan la historia del fabricante y muestran las imágenes graciosas de los clientes tratando de meter los emblemáticos paquetes planos en sus pequeños Volvo de los años 50.

Fundada en 1943 por Kamprad, entonces adolescente, Ikea comienza a fabricar sus propios muebles a mediados de los años 50, contribuyendo así a popularizar a escala industrial la reputación del diseño escandinavo y conquistando Europa, Norteamérica y, después, el resto del mundo, desde China y Japón, pasando por Rusia.

Una sala permite regresar sobre esta conquista con eslóganes provocadores, convertidos en legendarios, como 'bienvenidos los rácanos' en Francia o 'echen sus antiguallas de flores', en Gran Bretaña. La exposición aborda también uno de los episodios menos conocidos de la historia de Ikea como la serie limitada de los años 90, fabricada a mano, que reproducía muebles antiguos suecos del siglo XVIII, una serie que causa furor ahora en las subastas.

También cuenta como, en los años 70, Ikea se puso a producir casi todos sus muebles con tela de vaqueros porque su fundador compró a precio de saldo 700.000 metros de denim a una empresa china en dificultades. "Para Ikea, todo es siempre una cuestión de precio", sonríe Steffan Bengtsson.

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