El fundador de IKEA cede el testigo a su hijo menor

Tiene 87 años y aunque lleva anunciando su jubilación desde hace por lo menos una década, esta vez Ingvar Kamprad deja definitivamente su sillón kit de director general de IKEA. En 1943 funda la célebre marca, acrónimo de su nombre y de los de su mujer, sus padres y su ciudad natal. Al principio IKEA es una modesta droguería, en la que hay un poco de todo. Cuatro años después, Kamprad incorpora muebles al catálogo. Es el principio de la aventura. En 1953 abre la primera tienda dedicada exclusivamente al mobiliario, diseñado por el mismo. El concepto de kit nace tres años después…una mini revolución cuyo éxito dura desde hace 60 años. Ese éxito se apoya en un concepto, en una filosofía: dar a la clientela lo que busca al mejor precio un precio y para saber lo que quieren los consumidores, la marca lleva a cabo estudios sociológicos. La fórmula para reducir los costes es el libre servicio y montar uno mismo los muebles. Aunque el grupo vende principalmente en Europa, a finales de la década de los 90 se abre al mercado asiático, una de sus prioridades en la actualidad. A día de hoy IKEA tiene 313 tiendas en 38 países. Pero la marca también se ha visto salpicada por los escándalos. El más sonado es sin duda el pasado nazi del fundador, su pertenencia a un movimiento cercano a las juventudes hitlerianas. Kamprad intenta minimizar el impacto de las revelaciones sobre su pasado pidiendo excusas a sus empleados y a sus clientes por lo que tilda de “error de juventud”. El grupo sueco vuelve a verse en un aprieto cuando los archivos de la Stasi revelan que IKEA utilizó presos políticos en Alemania del Este como trabajadores forzados en los 70 y en los 80. Sin olvidar los escándalos alimentarios en los restaurantes de la marca. El año pasado fue la carne de caballo en las famosas albóndigas, y más recientemente las tartas con bacterias fecales vendidas en 23 países. Por ahora ninguno de esos casos ha conseguido frenar la evolución de la marca sueca. Con o sin su fundador, que es además uno de los hombres más ricos de Europa, es probable que muchos clientes sigan optando por montar muebles con nombres impronunciables.

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